De pequeña me enseñaron a decir adiós a la gente con esa mano chiquitita que se abre y se cierra. Ese adiós que se le enseña a los niños y que no es el real porque en el adiós de los adultos, el de la "vida real" la palma de la mano se deja abierta y se mueve de lado a lado, con ese movimiento con el que se abre la tapadera de un bote, aunque más rápido. Me pregunto por qué ya de pequeños empezamos así de mal, con un adiós que ni existe.
Nadie te enseña realmente a despedirte de nadie en el mundo real, ni físicamente ni emocionalmente, y tardas años en entender que hay adioses que son para siempre, que no es ese de que mañana nos vemos aquí en el mismo lugar, porque ya es mañana y lo cierto es que una de las dos ya no está en el mismo lugar.
Tampoco hay una frase que te libere, con la que al despedirte de alguien cercano le digas todo lo bueno con lo que te quedas de ella, o lo que no te gustó pero ya está olvidado porque la quieres. En la que pidas perdón por lo que hiciste mal, ni en la que le digas que con lo bueno y lo malo fue una suerte conocerla.
Menos aún cuando hay prisas, cuando la muerte se sobreviene y todo te empuja a algo que para ti es el vacío, la ausencia repentina, querer levantar el teléfono por inercia para preguntar por ella sin acordarte de que ya no está.
Debería de haber algo así, ¿no? Una palabra personal que cada uno tuviera y que lo englobara todo para que diera tiempo, para tener claro que la persona que se va sabe lo que sientes. Una palabra simple, sencilla, sin complicaciones. ¿Para qué vamos a complicarnos más en un momento así que ya es complicado? Por ejemplo la mía podría ser "macetita". Ya está, todo resumido ahí, años resumidos ahí, no hay más que explicar.
Deberíamos tener un código simple para situaciones difíciles. Quizás un jalarte del lóbulo de la oreja cuando discutes con alguien y la discusión se estanca y os desesperáis. Un jaloncito así de tu propia oreja queriendo decir "oye, que yo te quiero pero es que en esto no nos vamos a poner de acuerdo, ¿lo dejamos ya?". Otro gesto o palabra para cuando lo mejor es que te dejen sola porque hoy no estás para nadie por el motivo que sea, por ejemplo "cacahuete". Ea, ya está, todo entendido y la gente te deja sola hasta que estés potable de nuevo. ¿Por qué aún no hemos inventado esto?
Sea como sea y sin que aún nadie me haya enseñado a decir adiós con la mano abierta, tita, sólo quería decirte "macetita". Si aceptan ateas por ahí, igual un día nos volvemos a ver.
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