lunes, 5 de octubre de 2015

5 de febrero (2014)

Gracias por las felicitaciones, pero quisiera que hoy 05/02/2014 el protagonista fuera el otro cumpleañero del día: mi padre. Mi padre cumple hoy 79 añacos y está hecho un chaval. Es ese señor que aún sigue trabajando como “repartidor” y siempre va por Chipiona en una bici mariquitosa de florecitas (mía). Éste no se queja de la jubilación a los 76, porque las personas mayores que han trabajado tantas y tantas horas toda su vida necesitan sentirse útiles a esta edad, eso les concede más años.

Como soy un milagro de la siensia modenna, durante años el teléfono de casa sonaba y sonaba para felicitarme a mí y nadie recordaba que era su cumple también. Si cogía él el teléfono mis tías le decían "fíjate, con lo que os ha costado tenerla, y otro añito más, que tú ni te lo creerás" y al pobre nadie lo felicitaba. Siempre le he robado el protagonismo en su día.

Sí, es NUESTRO cumpleaños. Siempre he pensado que quien quiera que esté por ahí arriba es un cashondo mental. Mira que regalarle en uno de sus cumples justo lo contrario de lo que quería… una hija rarita, como él me llama. Y así nos ha ido, toda la vida discutiendo. Y encima hija única tardía y sin posibilidad de tener más hijos, que dices tú, mira si me llegan a salir unos pocos de machos que jueguen al fútbol y vayan a misa pues por lo menos la cosas se equilibra. Pues no. ¿Sopa querías? Po toma el plato lleno.
Mi padre va cada día a echar la Primitiva y cada día comprueba que no le ha tocado. Aún así no se cansa, se enfada, se frustra, pero sigue intentándolo. Mi tenacidad, mi perseverancia, se la debo a él porque la tiene hasta en las pequeñas cosas de cada día.
Es ese tipo de persona brusca, con poquilla empatía que el día que tú más guapa te ves, levanta la cabeza del periódico, te mira por encima de las gafas con cara de pocos amigos y te dice: “¿Piensas salir a la calle así? Y te creerás que vas bien, ¿no?”. Éste es capaz de cargarse la seguridad de la mismísima Lady Gaga. Ay, Gaga, que falta te hubiera hecho un padre así cuando saliste de tu casa con esa chuleta de cerdo en la cabeza pegá… te hubiera quitado todas las tonterías esas que tienes. Pero bueno, fue duro, lo reconozco, pero a estas alturas de la vida como aprendí a no tomar sus salidas de tono de forma personal, resulta que la cosa ha cambiado (cambia tú para que cambie el resto, así funciona). Ahora a la vejez, ha empezado a verme guapa siempre, lo pillo hablando muy bien de mí a escondidas, con la gente del pueblo, incluso suena orgulloso de su hija y hasta me da muchos besos cuando voy a verlos y se ríe con mis ocurrencias. Supongo que los dos estamos en parte chocheando y ya no estamos para guerras. Eso sí, no te dejes una luz encendida en su casa que te condena a cadena perpetua y a varios padres nuestros.
De vez en cuando se escapa a los mercadillos y aparece con 20 chaquetones de 1 euros cada uno, emosionaito perdío por la compra, y mi madre, en esos momentos, si pudiera volver atrás, lo dejaría tirado en pleno altar.

Tienen una sección de productos de limpieza en el lavadero que ni el Mercadona. Compra las lejías y los detergentes de 10 en 10. Llevo 4 años en Sevilla y no recuerdo haber comprado un puñetero bote de Mistol, los "compro" todos en su lavadero cuando voy.
Mi padre, cada día, limpia en casa. Desde que se jubiló, se encarga de tareas domésticas y compras diariamente, no sólo de las de casa, también es el recadero oficial de mis tías. Más apañao que qué. Y tiene alimentados a todos los rumanos y gorrillas del pueblo, a todos les deja los céntimos que pueda. Siempre. Generoso siempre con lo mucho o poco que pueda llevar en sus bolsillos.

Se pasó toda la vida en una tienda pequeñita del centro del pueblo, era autónomo. Yo sólo lo veía a la hora de almorzar y a la de cenar, pues trabajaba o de lunes a sábado, o de lunes a domingo en verano. Podría deciros “vaya mierda, toda la vida trabajando para tener una pensión de mierda y tener que trabajar con 79 años”, pero me niego a enfocarlo así. Prefiero ver el vaso medio lleno porque, como digo, ser útil es vital para un anciano. La zanahoria y el burro. Sin esto, a veces nos morimos por dentro y ahí sí, ya no hay nada que hacer.Me siento afortunada de que aún a sus 79 años esté así y podamos seguir disfrutando de él porque sé que cuando menos los esperemos no estará , por eso es tan importante para mí nuestro pacto de paz no mencionado ni firmado en ningún papel más que en nuestro día a día. Estoy disfrutando de lo bueno que me ha enseñado durante todo el tiempo que me dure, de sus virtudes y de su fuerza.

Por todo ello, felicidades a ese señor pequeñico y llorón. Ojalá nos dures mucho más y, si no es así, me quedaré con tus ojillos grises y tu risa para toda la vida.

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