domingo, 25 de diciembre de 2016

UN LEÓN ENTRE COYOTES



León aparece a la hora del desayuno con una sonrisa enorme, da los buenos días y pregunta si puede sentarse en la mesa donde desayunamos varios compañeros y yo. En el Hostel Nómadas de la ciudad mexicana de Mérida nos hemos juntado varios viajeros, tras habernos conocido en otra ciudad. En seguida se presenta y nos pregunta por nuestros respectivos países de origen.

León es de Monterrey, informático, encargado de viajar por todo el país revisando el sistema de una cadena de supermercados. Está muy contento porque gracias a que lo han enviado a Mérida estos días, puede encontrarse con su hermano que vive en el estado vecino de Campeche. México es un país enorme cuatro veces la superficie de España, no es tan fácil ver a tus seres queridos si vives en la otra punta.
Me doy cuenta de que habla inglés y le pregunto dónde lo aprendió. Me explica que vivió siete años en California. Tras dos intentos frustrados de cruzar la frontera, por fin a la tercera fue la vencida, y allí se quedó una temporada. He escuchado esta historia varias veces, no obstante, no pude preguntar más porque en todas esas ocasiones me encontraba viviendo en Estados Unidos, hablando con alguien que vivía ilegal allí, así que no preguntas más porque no quieres hacer sentir a la persona que te habla que está en peligro, bastante tienen con lo que sea que hizo parar entrar. Sin embargo, hoy estoy del otro lado de esa absurda línea que divide (¡encima¡ Ironías de la vida) un territorio que era parte de México, con alguien que ya no tiene nada que perder, así que decido que voy a preguntar hasta que me pare.

Con cara de emoción, como quien está fascinado por la trama de una película que vio ayer en el cine, nos explica que los “coyotes”, por aquel entonces cobraban unos tres mil dólares por pasarte al otro lado. Para poder conseguir este dinero con sueldos mexicanos tardas un lustro, así que a veces dabas con coyotes que pertenecían a redes donde el dinero se le adelantaba a la persona que intentaba colarse en Estados Unidos, con la condición de que luego lo devolviera una vez empezara a trabajar allí, ya con sueldo estadounidense.
“Se pasa mucha calor, mucho cansancio, hueles fatal, y al final, ya ven, justo en la frontera la policía nos vio, el pinche coyote salió corriendo y nos quedamos allá tres más y yo, con la policía. Te preguntan muchos datos sobre la persona que nos ha traído hasta allá pero realmente no llegas a saber ni el nombre real del güey. Así que nada, nos deportaron a todos.”
En el segundo intento, pocos meses más tarde, consiguió entrar y fue una vez dentro, caminando por la calle donde debía esperarle la persona que tienen al otro lado esperándolos, que la policía lo vio. Otra vez detenido y vuelta a México.

La tercera vez se dio muy poquito después, León nos contaba que si dejaba pasar más tiempo se le acabaría la fuerza y las ganas, así que se buscó a otro coyote distinto que le ofreció una estrategia que le hizo reír por lo ridícula. El tema era el siguiente: debía cruzar caminando la frontera pero la legal, la que está llena de policías que te piden tu pasaporte y tu visado, debía ir caminando como si tuviera ese visado de verdad. Ponerse en la cola, respirar hondo, actuar como si fuera legítimo lo que estaba haciendo. Una vez que se fuera aproximando al control de la policía, debía moverse de una fila a otra, distraído, como si no pasara nada. Es decir, la fila era sólo una en realidad, al final había dos policías: uno a la derecha y otro a la izquierda. La gente debía repartirse entre ambos agentes y entregar la documentación, a unos les tocaría entregársela al poli de la derecha y a otros al de la izquierda. Pues bien, él debía hacerle creer al de la derecha que le tocaba irse con el poli de la izquierda, y al de la izquierda que le tocaba irse con el de la derecha, sacar papeles distraído, leerlos, mirarlos, no mirar a ninguno de los policías, sólo a sus papeles, ser astuto, ser ágil para quedarse en una especie de limbo ahí en medio del que está delante de ti y del que está detrás. Y rezar. Rezarle mucho a la Virgen de Guadalupe para que, mientras permanecía mirando al suelo, mientras se guardaba los papeles como si ya se los hubieran revisado, la impaciencia no lo venciera y no acelerara el paso, como el que se siente que huye de algo, con esa culpabilidad escrita en la frente. O con esa felicidad y esa risa que le podía dar al ver cómo se saltaba semejante sistema de seguridad, así sin más. Y esto fue lo que ocurrió. “Yo pensaba que saldría mal, no me lo creía pero tenía que intentarlo era mucho más fácil que cruzarla como la había cruzado antes, no perdía nada por hacerlo así. Total, ya me habían agarrados dos veces”.
Al entrar así, caminando, como si fuera legal, bien vestido, sin la ropa hecha una mierda por el sudor de días agazapado y noches corriendo, nadie lo miraba. El contacto al otro lado pasaba a recogerlo con total normalidad y debían tener una conversación relajada, como si se conocieran. Aguantarse las ganas de gritar -“malditos gringos, sois imbéciles” o algo así, supongo yo-, de reírse a carcajadas; tragarse la perplejidad que te recorre el cuerpo cuando algo que parecía imposible se da y te toca a ti vivirlo, y seguir un rato más con esta persona en el coche sin levantar sospechas.

Estamos perplejos escuchándolo, ¿en serio? Madre mía ...

Le pregunto si sólo se quedó siete años porque finalmente lo agarraron y me explica que no, que para nada, que jamás lo agarraron, se vino porque ya había cumplido su propósito que era que sus tres hijas nacieran allí para que el día de mañana, nos dice “quién sabe que pueda pasar en mi país, ¿verdad? Esto está lleno de corruptos, de cárteles de la droga, de delincuencia. Yo quiero que mis hijas puedan decidir entre quedarse o irse a otro lugar donde puedan vivir tranquilas, sin tener que vigilarse las espaldas porque o te las vigilas acá, como en Michoacán ahora, que la cosa está bien complicada, o te las vigilas allá porque eres ilegal. Yo hice todo el esfuerzo para que ellas no lo tengan que hacer nunca, para que no tengan que cruzar esa frontera con todas esas calamidades que yo pasé, para que no tengan que casarse con alguien con quien no deseen casarse sólo por los papeles. Mis hijas son ciudadanas estadounidenses, tienen pasaporte estadounidense pero están criadas acá, con nuestros valores, nuestra comida y nuestra música, ¡tienen lo mejor de cada lugar!”, y se ríe.

Nos narra la historia de cómo trabajó como instalador eléctrico durante siete largos años. Le pregunto por el número de la seguridad social, que no tienen nada que ver con el nuestro de España, digamos que es el documento nacional de identidad. Es un número único necesario para contratarte en cualquier lugar que a mí, desde luego, siempre me pidieron. Me explica que el suyo era falso y que nadie nunca lo revisa. Me explica el procedimiento y, realmente, es bastante tonto, o sea, tienes que tener este número para trabajar, sin embargo, una vez que lo presentas, nadie comprueba si es real, entre otras cosas porque al ser mexicano te van a pagar menos y al empleador eso le beneficia. Se imagina que es muy posible que seas ilegal y no le importa porque sabe que te puede pagar menos que a un estadounidense. “Luego quizás vote a Donald Trump, pero cuando llega la hora de ajustar sus cuentas, le conviene no comprobar si eres legal o no”. 

Así que León se pasó todos esos años viviendo con su novia, teniendo hijos, arreglando incidencias eléctricas aquí y allá, y hasta haciendo declaración de la renta, en la que, por cierto, siempre le salía a devolver. ¡¿Quéeeeee?! Sí, son departamentos separados, el de los impuestos y el de inmigración, no “salta” en el sistema que los impuestos de esa persona son impuestos de un sinpapeles, no “canta” nada a menos que investiguen a alguien en concreto, así que… Yo lo escucho y me suena a chiste, a chiste de los buenos. A una ironía que me divierte y me encanta. Me río mucho con él, con su forma de contarlo, como si hubiera sido divertido y seguro que no lo fue tanto mientras le sudaba y temblaba todo el cuerpo en esa cola, esperando a ver si su estrategia funcionaba; seguro que no lo fue tanto cuando aquel coyote se largó y lo dejó allí, sin hablar ni papa de inglés, con un policía que no sé cómo lo trataría, quiero imaginarme que bien pero… pienso muchas cosas, imagino otras muchas. Aunque no le pregunto más porque en realidad no importa, lo que importa es esa fuerza, esa constancia, esa sonrisa con la que seguro que trabajó allí, la sonrisa de un hombre trabajador que no le hace mal a nadie y que ahora respira tranquilo porque, como él dice, sus hijas “ya son libres. Libres para siempre”.

sábado, 17 de diciembre de 2016

LA COPA MENSTRUAL: EL REVIEW DEFINITIVO

Me he cansado de los tutoriales de You Tube donde chicas guapas, maquilladísimas, peinadísimas, elegantes y finas cuentan lo fantástico y fácil que es todo, al punto de idealizar la historia de cómo se saca y se mete la copa menstrual, que es que parece que ellas sangran colonia… así que yo, si te interesa, te voy a contar cómo va esto de una manera más humana, que ya está bien de que te sientas torpe y, por qué no decirlo, un poco imbécil al ver que tú sí sangras sangre -valga la redundancia- y la lías parda vaciando la copa menstrual, o de que necesitas un poco más de práctica para colocarla o retirarla. Enough. No eres torpe, quítatelo de la cabeza, simplemente te has visto un tutorial irreal o un tutorial hecho por una cheerleader de los tampones, que es el otro problemilla que observo en estos videos caseros informativos. Es decir, las cosas de mujeres, y más cuando se trata de cosas que me voy a meter en un lugar tan íntimo como mi vagina, hay que contarlas sin dar por sentado que entrar a un baño a cambiarte un cuerpo extraño incrustado ahí sea mejor que cambiarte de compresa, y que todas ya estemos acostumbradísimas a ello. Observo que éste es el pensamiento de esas mujeres que he visto en You Tube y, créeme, he visto muuuuchos videos antes de iniciarme en la copa menstrual. 

Los tutoriales sobre la copa tienen que partir de la base de que quizás hay mujeres que nunca se ponen tampones y será distinto lo que le tengas que contar a este tipo de mujeres, digo yo... Me parece muy respetable que muchas feminas prefieran los tampones a las compresas, simplemente llevo toda mi vida adulta en silencio (sí, yo, en silencio, os lo juro) contemplando como ellas pueden soltar el discurso ese melodramático de siempre de” las compresas son incomodísimas, qué horror, con el asco que me da la sangre”, y luego sentarse a ver “La Matanza de Texas” comiendo palomitas…  Trágicas, que sois unas trágicas, y muy raritas, ¡ea! Ya lo he dicho. Que es que lleváis toda la vida diciéndonos “¿Qué no usas tampones? Oyoy, ¿cómo va a ser una compresa cómoda? Vamos, ¡vas tú a comparar!” como si fuera una verdad absoluta que no puede ser rebatida.

Vamos al grano, pues. Te cuento que para mí la copa menstrual es LA OPCIÓN, pero por el amor que siento hacia el Planeta Tierra; el empezar a usarla se debe a mi preocupación por el impacto negativo que los humanos estamos causando. No obstante, existen otros dos motivos para usarla: el ahorro que nos supone a todas y la comodidad para las ya usuarias de tampones arriba mencionadas. ¿Qué por qué ahorras con ella? Pues léelo hasta el final y te enterarás.

La copa menstrual a mí se me parece a una especie de miniembudo que, dependiendo de la marca, puede ser de látex, silicona, plástico quirúrgico o polietileno, tienes varias opciones por si eres alérgica a alguno de estos materiales. Está hecha para que no te cause ningún problema, vaya que va sin gluten, sugar free, sin lácteos, una maravilla de la ciencia.

Hay varios tamaños, se eligen según tu edad y según si has dado o no a luz. Yo elegí el más pequeño y cuando lo abrí y vi aquello pensé que, aún así, era demasiado grande y tieso para entrar. Ahorraros los chistes. Gracias. 
Si al verla te causa cierto nerviosismo, puedes utilizar lubricantes las primeras veces, aunque es conveniente leer las instrucciones ya que algunos en concreto la pueden dañar. Te recomiendo el aceite de coco como lubricante natural super inofensivo. De todas formas yo te digo que esto es una barrera mental nuestra porque realmente está estratégicamente diseñada para que sea fácil introducirla. En cualquier caso, tú hazlo de la forma en la que te sientas más cómoda, que al final se trata de esto.

Para meterla hay dos opciones: la forma de U y la otra. Lo siento, ya sé que he criticado a las youtubers pero como yo no lo soy, no he hecho vídeo para que veas estas dos opciones, para eso hace falta un rato delante del espejo arreglándome y yo llevo dos días en chándal muy agusto en mi casa. Así que para ver las dos posiciones, sólo para eso, te recomiendo que entres en You Tube. No me estoy contradiciendo, víbora, estoy simplemente apoyando mi explicación en los recursos visuales que Internet nos ofrece. La segunda posición, no la de la forma de U, es más eficaz porque la copa menstrual se instala en el comienzo de la vagina, no va al fondo como un tampón, y su efectividad reside en que al entrar crea un vacío. Al introducirla en esta otra posición que te comento, se despliega en un cuarto de segundo, generando así este vacío rápidamente. Sí, a veces escuchas el “pop”, sí. Es ese vacío el que hace que se pegue a las paredes y la sangre no siga fluyendo hacia tu ropa interior. De todas formas, si te sientes más segura al principio puedes usar salvaslips, por ejemplo.

Aprovecho para decir que en lugar de salvaslips, puedes usar compresas reusables, que las hay y si no tienes intención alguna de probar la copa jamás en tu vida, aquí tienes esta opción con la que aportarás tu granito de arena al medio ambiente. Y si no te interesa el medio ambiente pues hija, no sé qué decirte pero, vives aquí, ¿eh? En la Tierra, como todos, tú verás. 

En mi opinión, la práctica sobre cómo colocarla está más relacionada con conocer tu vagina que con “intimar” con la copa y, a esto, la religión y los prejuicios no nos han ayudado mucho. Pensad en los hombres, conocen sus miembros viriles a la perfección, algunos les ponen hasta nombre y no pasa nada. En este sentido, nunca olvidaré ese primer día en la consulta de mi ginecóloga naturista, Marga, cuando me dijo mientras agarraba un pequeño espejo "lo primero que vamos a hacer es presentarte a tu coño", a lo que yo respondí con cara de asco que no era necesario. Y si que lo es porque luego cualquier cosa referente a nuestras partes intimas es un susto y un asco, lamentablemente. Es nuestro cuerpo y hay que quererlo como se quiere a una mano o a un ojo.

Como he comentado, no se mete hasta el fondo sino que se queda en la entrada, y ahora te respondo a ese tipo de preguntas que te da vergüenza hacer sobre su posición y sus posibles consecuencias: 
- Sí, se puede hacer deporte, ni te enteras de que está, comodidad total. Yo he nadado, he saltado, he corrido y he montado en bici. Todo fantástico. 
- No, no se sale al hacer pis o caca, se desplaza un poco hacia abajo. 
- No, claro que no puedes mantener relaciones sexuales con ella, está a la entrada de la vagina.

Las hay de 8 y de 12 horas, si trabajas muchas horas fuera de casa, te recomiendo la de 12 horas y así, en muchos casos, estarás en casa tranquila para cambiarte cuando te toque. O igual no, o igual llevas toda la vida con los tampones y te da igual el lugar para cambiarte. Pues genial. 

En cuanto a su mantenimiento y cuidado, entre meses, la hierves en agua unos minutos y ya. En un mismo ciclo, sólo la sacas, vacías, enjuagas y la vuelves a meter, así tal cual. ¡Y aquí viene el tema!

A ver, la copa trae un "rabito" del que tirar, aunque, again, esto es psicológico, pues ese rabito lo tienes que ir cortando según sea tu vagina hasta que te sientas cómoda. O sea, no es el hilo de un tampón, que se queda colgando y no molesta y que es necesario así, colgando hacia afuera. Éste es grueso y duro, no puede quedar fuera porque te molestaría, tienes que ir probando y cortarlo a tu medida, personalizarlo, vaya. En mi caso, solo ha quedado una puntita que no es suficiente para tirar. Sin embargo, como te digo es psicológico, el rabito no sólo no lo necesitas para extraer la copa, es que no te sirve de casi nada tirar de él.  Te explico a continuación el motivo.Vuelvo al tema de los vídeos para contarte que he visto a una que decía que no tienes ni porqué mancharte los dedos. Falso. Mira, para sacarla haces algo natural, instintivo y antimorbo: apretar. Tal cual aprietas, la base se queda casi fuera o fuera directamente. La agarras por la base fuerte con fuerza, casi como en un pellizco, para así romper el vacío, esa es tu meta, deshacer el vacío, porque si tiras con el vacío en modo on, te va a molestar. De ahí que te dijera que el rabito te ayudo poco, pues lo importante es ese pellizco que hay que darle. Aquí he descubierto que, depende de la holgura de la vagina (pues hay mujeres que han dado a luz y mujeres que no), es básico desarrollar la destreza de, a la vez que lo aprietas, lo giras en forma de U para sacarla plegada y no hacerte daño. Si sólo la aprietas, destruyes el vacío y tiras, va a salir con su diámetro tal cual, y si tu vagina no es tan holgada te puede doler en esta especie de pérdida de virginidad de dentro para afuera, una cosa muy rara, sí.  Así que es posible que necesites las dos manos para este menester al principio. 

Esto relajada es fácil, de verdad, yo te lo cuento con todos los detalles pero estando relajada y apretando no hay más, no es un examen de selectividad. Relájate y entiende que si tardas más al principio no es porque se vaya a quedar ahí, deja el drama, que estás ya imaginándote en el hospital con todo un séquito de ginecólogos sacándotela con una ventosa.

 ¿Por qué ahorras? Porque cuesta entre 25-30 euros y dura diez años, infinitamente más barata que nada de lo que uses.


Personalmente y bromas aparte, la defiendo totalmente. Lo que no defiendo es la forma en la que nos la están contando. Pruébala, hay varios motivos para hacerlo y sólo uno para no hacerlo que es el miedo a lo desconocido y a hurgar en tu propio cuerpo. Si no lo haces no podrás tener tu propia opinión sobre ella. ¡Y siempre puedes ofrecer tu propio review cuando lo hagas en You Tube!



viernes, 25 de noviembre de 2016

EL B1 SON LOS PADRES

¿Es normal que un hablante nativo letrado de Inglés pueda llegar a suspender un examen de C1 en Inglés, por ejemplo? Normal no es, pero podría ocurrir perfectamente. Normal no es porque estos exámenes cuya supuesta meta es evaluar el nivel de una persona en el conocimiento de esa lengua, sólo son un negocio más del que se lucran varios.
Por partes: primero, los niveles B y el C1 son niveles irreales del conocimiento de una lengua en un país en el que series, películas y documentales están doblados al español. El B2 de alguien aquí que nunca haya vivido en un país de habla inglesa, no es el B2 de un sueco, país en el que un tanto por ciento de la rutina diaria se lleva a cabo en inglés, ya sea en el salón de casa al encender la tele, o al asistir a clases a la universidad.
Por otra parte, uno de tantos españoles que viva en Irlanda, por decir un país al que estemos emigrando en los últimos años gracias primero a los votantes del PSOE de Zapatero y ahora a los del PP de Rajoy (gracias una vez más, por cierto), podría suspender estos exámenes aunque llevara 10 años trabajando allí. ¿Por qué? Ya os he dicho porqué, porque es mentira.
Y por último, digo lo que me da la gana en mi Facebook que pa eso es mío y estoy muy cabreada porque estoy viendo que tras 10 años y medio resisitiéndome todo apunta a que tendré que acabar pasando por el puto aro de las vitaminas éstas, porque suenan a vitaminas, ¿no? Y me toca el #&%@ soberanamente ya que debería de haber una entrevista que estableciera tu nivel, ¿no se supone que medimos la capacidad de una persona para comunicarse perfectamente en una lengua? ¿No es esto hablar un idioma? El mundo está loco y nosotros más por no revelarnos.
Por último informaros de que Rita Barberá se ha muerto de un infarto y de que una colgada ha apuñalado al perro del sobrino y al llegar el sobrino ha apuñalado a la tía, o algo así era. Loco... lo que yo te diga. Y luego irse a Latinoamérica sola es estar muy loca, ¿no? Mis cojones. Fin de la cita.

¡MACETITA!

De pequeña me enseñaron a decir adiós a la gente con esa mano chiquitita que se abre y se cierra. Ese adiós que se le enseña a los niños y que no es el real porque en el adiós de los adultos, el de la "vida real" la palma de la mano se deja abierta y se mueve de lado a lado, con ese movimiento con el que se abre la tapadera de un bote, aunque más rápido. Me pregunto por qué ya de pequeños empezamos así de mal, con un adiós que ni existe.
Nadie te enseña realmente a despedirte de nadie en el mundo real, ni físicamente ni emocionalmente, y tardas años en entender que hay adioses que son para siempre, que no es ese de que mañana nos vemos aquí en el mismo lugar, porque ya es mañana y lo cierto es que una de las dos ya no está en el mismo lugar.
Tampoco hay una frase que te libere, con la que al despedirte de alguien cercano le digas todo lo bueno con lo que te quedas de ella, o lo que no te gustó pero ya está olvidado porque la quieres. En la que pidas perdón por lo que hiciste mal, ni en la que le digas que con lo bueno y lo malo fue una suerte conocerla.
Menos aún cuando hay prisas, cuando la muerte se sobreviene y todo te empuja a algo que para ti es el vacío, la ausencia repentina, querer levantar el teléfono por inercia para preguntar por ella sin acordarte de que ya no está.
Debería de haber algo así, ¿no? Una palabra personal que cada uno tuviera y que lo englobara todo para que diera tiempo, para tener claro que la persona que se va sabe lo que sientes. Una palabra simple, sencilla, sin complicaciones. ¿Para qué vamos a complicarnos más en un momento así que ya es complicado? Por ejemplo la mía podría ser "macetita". Ya está, todo resumido ahí, años resumidos ahí, no hay más que explicar.
Deberíamos tener un código simple para situaciones difíciles. Quizás un jalarte del lóbulo de la oreja cuando discutes con alguien y la discusión se estanca y os desesperáis. Un jaloncito así de tu propia oreja queriendo decir "oye, que yo te quiero pero es que en esto no nos vamos a poner de acuerdo, ¿lo dejamos ya?". Otro gesto o palabra para cuando lo mejor es que te dejen sola porque hoy no estás para nadie por el motivo que sea, por ejemplo "cacahuete". Ea, ya está, todo entendido y la gente te deja sola hasta que estés potable de nuevo. ¿Por qué aún no hemos inventado esto?
Sea como sea y sin que aún nadie me haya enseñado a decir adiós con la mano abierta, tita, sólo quería decirte "macetita". Si aceptan ateas por ahí, igual un día nos volvemos a ver.

LOS BENDITOS TRES MINUTOS DE DICAPRIO

Acabo de ver el documental de Leonardo DiCaprio del que todo el mundo habla, "Before the Flood". Si el que lo explique él consigue que la gente que nunca se informaría de este enorme problema lo haga sólo porque sale DiCaprio, me uno a su promoción: VEDLO. Todos los factores que están ocasionando está tragedia están desglosados ahí, factores que he visto como en tres mil documentales, pero no interesan porque no tienen a Leo. 
Hay tres minutos en el que un tipo abiertamente explica cómo la principal causa de contaminación mundial es LA INDUSTRIA GANADERA, y por ello se hace necesario reducir el consumo de carne para salvar al planeta. Por un lado, ¿sólo 3 minutos? Y por otro, oleeeeé, ¡poooor fiiiin 3 minutos que la gente se va a creer porque no es un documental para frikis veganos! ¡Gracias, National Geographic! (Que por cierto, DiCaprio es vegetariano hace años). Porque estamos ya un poquito hasta el coño, perdonad mi inglés, de que la desinformación haga que creáis que la gente no come carne sólo por el BRUTAL maltrato animal de las granjas industrializadas (motivo más que suficiente, por otra parte), cuando TODO en el consumo diario (y por ello excesivo) de carne es perjudicial para alguien, sea la Tierra, vuestra salud o la felicidad de un animal. Nunca se habla del problema enorme del calentamiento global de la Tierra que la industria cárnica provoca PORQUE NO INTERESA económicamente. Nunca del problema de salud que representa el hecho de que los alimentos de origen animal sean la base de nuestras dietas.
Ya sólo falta que otro de Hollywood haga un documental similar sobre todo esto, porque haberlos los hay a patadas, aunque por supuesto son hechos por frikis y para frikis, según juzga la "gente normal", y los datos reales que incluyen suelen ponerse en duda y hasta desprestigiar a sus directores porque, repito, no interesa que se sepa. Cuando lo haga alguien de Hollywood, como hizo Joaquín Phoenix con "Earthlings", la cosa adquirirá verosimilitud. Desde el pequeño espacio que ocupamos las personas anónimas, intentamos predicar con nuestro ejemplo, sin embargo necesitamos de Hollywood, sí, porque del aceite de palma ya he hablado aquí y en mi blog, ¿y cuántos me leyeron? Pues DiCaprio lo cuenta, escuchad a quién os dé la gana pero escuchad a alguien, joder. ¡Bienvenido, Hollywood! Te estábamos esperando.

MUNDOS

Visto lo visto, mi conclusión es que el Tercer Mundo es eso que tiene que existir para que exista el Primer Mundo. El capitalismo no es sostenible si no existe gente pobre, por ello, vivir en este Primer Mundo ignorando que pertenecemos a un sistema abusivo en el que nosotros somos los privilegiados, me parece una falta de responsabilidad por nuestra parte.
Por otro lado, está claro que lo contrario al capitalismo, lo llames como lo llames, no se ha podido poner en práctica aún de manera exitosa, es más, acaba en dictadura casi siempre. Si bien es cierto que había una vez, en un lugar lejano José Mugica, pero eso fue una aguja en el pajar.
En realidad la falta de libertad existe en ambos, sólo que en el Tercer Mundo es descarada y en nuestro Primer Mundo es sútil porque somos esclavos del consumismo enfermizo, entre otras muchas cosas. En realidad, todos estamos dormidos y temerosos: los que viven en dictaduras o en dictaduras disfrazadas de democracia sin rebelarse contra su régimen por miedo y nosotros, los de las democracias, los que tenemos pasta, volveremos a comprar millones de estupideces para Navidad por miedo (también) a quedar mal con los nuestros, porque es lo que corresponde hacer. Son miedos distintos, en uno tu vida puede correr peligro en el otro sólo tu mierda mental es la que corre peligro, claro está.
Y aquí seguimos dormidos todos. De vez en cuando alguna revuelta que se calla a golpe y porrazo por aquellos lugares, como siempre, y por aquí algún que otro periodista que se atreve a decir lo que le da la gana y al que en seguida se desprestigia. Ah sí, y el 15 M que, como todos sabemos, consistía en una panda de gente llena de piojos.
Y entonces, ¿qué hacemos? Pues yo no lo sé... pero lo que sí sé es que todo lo que se hace desde el miedo NO CREA, no produce, no compensa . Más allá de esto, sólo sé que no sé nada.

EL PAQUETE

Estoy buscando un taxi compartido para ir a Trinidad, en el centro sur de la isla de Cuba. La guagua a veces no llega aunque tenga su horario de salida hacia allá, y mis días son contados a estas alturas de mi aventura americana, así que no hay tiempo que perder.

Trinidad es una ciudad pequeña preciosa, en la provincia de Sancti Spíritus, a pocos minutos del Mar Caribe. Ciudad colonial llena de adoquines y música en cada esquina, ya me han advertido que me olvide de dormir. Sus calles están oscuras, no hay farolas y eso es tan sólo una de sus grandes ventajas porque así las casas con puertas abiertas y cierros iluminados se convierten en las protagonistas.
Cada vez que metes la nariz en esos cierros grandes, (bueno yo al menos la meto en todos, en una de éstas alguien me va a mandar a la mierda) para cotillear, te viene una bocanada de la España de los 40's, aunque más bonita, porque a lo rancio y a lo antiguo se le añade una negra grandota fumándose un habano, abanicándose frente a un televisor que es como el que teníamos en casa cuando yo era pequeña. O un viejo que va cantando cualquier bolero a la par que la radio, radio que, milagrosamente, ha sobrevivido décadas y hasta se escucha bien. O fotos en las paredes con gente posando como se posaba antiguamente, como las que tiene mi madre de joven.

En fin, como dirían aquí: "déjame que te haga el cuento del taxi". Hoy estoy rápida y borde así que no pregunto precio, le digo que somos tantos y pagamos tanto por llegar a Trinidad. El tipo empieza con la técnica del miedo "bueno, señorita, es que por ese presio que usté quiere pagal, yo no le aseguro que su' efecto' personale' vayan a estal a salvo".
Yo le sonrío con sorna, "mira mi vida, llevo más de un mes por Latinoamérica y no se imagina donde me he montado, dormido y duchado, un taxi cubano ahora mismo me parece tan seguro como una caja fuerte, créame, y además después de este tiempo, ya no me queda paciencia pa esto tan común de creer que los turistas somos ricos y tontos".

- "Bueno, señorita, yo sólo le digo cómo e' la cosa".

- "Sí, y yo le digo a usted como es mi cosa. Así que en un ratito vuelvo, cuando me hayan vuelto las ganas de lidiar y a ver si fue posible encontrarlo, porque además usted se lleva comisión por esto, ¿no? Pues eso. Y si no, pues negocio con otro y ya."

A la media hora hay un taxi por ese precio, con cinturones de seguridad y aire acondicionado, mira tú... "Éste es el Sr. Pisarro que les llevará a Trinida', son casi sinco hora' de viaje".

El Sr. Pizarro habla en todo lo que le eches: inglés, italiano,... Es risueño y parlanchín.
Le dice a uno de los tripulantes que si ve "Juego de Tronos". En ese momento el coche se va al carajo y nos quedamos tirados en las afueras de La Habana.

"Donguorri" dice y llama a un colega para que nos recoja, "vuela pacá, mijo".
Mientras esperamos, alguien le pregunta cómo ve "Juego de Tronos" y él nos cuenta el tema del paquete, historia que yo ya me sabía.

El paquete cuesta un CUC a la semana, que es como un euro a la semana y tú eliges qué parte del paquete quieres, según las series o programas de televisión que te interesen de cualquier parte del mundo, y ése es el que compras. Hay tantos paquetes como series y programas se bajen.
Le pregunto que cómo siendo ilegal y siendo algo que todos compran, nadie los pilla. Me dice que porque ahora ya no pueden, no porque no quieran.
El paquete antes venía en VHS y ahí sí que los pillaban, "¡ahí candela!", me dice, porque era un saco que llevaba el que los vendía y claro, era grande.
Luego vino el DVD y era más fácil. Ahora ya con el disco duro, ya es más complicado.
Yo le sigo haciendo preguntas porque me surge una duda, aunque no me atrevo a preguntarla tal cual, así que doy rodeos:

- "Pero Sr. Pizarro, para bajar todo esto hace falta una buena conexión y yo sé que los cubanos (y los turistas como yo, todo el mundo en general) se tienen que comprar una tarjeta primero e irse afuera de un edificio con WiFi a sentarse en la acera para poder usar Internet con su móvil. Eso lo ves en las aceras de cualquier edificio con WiFi".
- "No, claro, eso e' alguien que tiene WiFi propia".
- "Pero... y con un ordenador o memoria interna potentes."
- "Claro, así e'."
Yo ya me río... y me lanzo finalmente:
-"¿Y quién tiene en Cuba todo eso?"
- "Ay mi amol, pues alguien del gobielno".
- "¿Y cómo alguien que participa activamente de este régimen y está defendiéndolo hace esto a escondidas? Eso no es estar con él régimen, es lo contrario".
- "Pues polque aquí nadie de velda' apoya el régimen, aquí todo e' mentira, todo de aquí pa fuera." Y se señala los labios.
- "O sea, que el paquete es la prueba fehaciente de que los únicos que apoyan el régimen castrista son Raúl Castro, Willy Toledo, el resto de comunistas de España y Nicolás Maduro?"
- "Jajajaja ¡Ay pero que cómica la andalusa! Pues así e', mija, así e'."
- "¿Y por qué el cubano no se alza?"
- "Porque Fidel no' dividió y aquí todo' estamo' jodido' y jodiéndono' entre nosotro'. Divide y vensera'."
- "Ayer fui al Museo de la Revolución para ver si entendía algo y la verdad, no entendí nada. ¿Usted conoce la canción de Ricardo Arjona "Puente"? Que dice una frase que es como yo me sentí: "Habana, no ha podido Dios ni los seiscientos santos entender lo tuyo". Cómo llega la Revolución Cubana, la libertadora del pueblo cubano, el ejemplo para el mundo, a esto que yo estoy viendo aquí ...  no lo entiendo.

Llega Orlando, el que nos va a llevar. Parece un cantante de reguetón, se acerca a nosotros y yo creo que va a soltar de un momento a otro "¡Miami me lo confirmó!" Y todos le vamos a responder "un arroz con habichuelas", pero no, esto no pasa más que en mi mente.
El coche es pequeñísimo, aunque conseguimos acomodarlo todo dentro como podemos. El Sr. Pizarro se despide de nosotros.
Pues parece ser que sí, que voy a llegar hoy a Trinidad. Orlando enciende el motor, el aire y... el reguetón. La única "bocina" que funciona está junto a mi oído. Aún no sabía, aunque sí que me lo temía, que me disponía a soportar casi cinco horas de reguetón a toda voz con el puto altavoz pegado a mi oído. Me acuerdo de mi amiga Alina: "un día voy a hacel que te guste el reguetón".
¡Alina! Haciendo una mezcla entre el español mexicano y el cubano, hija de la chingada, ¿qué pinga brujería me has hecho?  ¡Ésta no es la manera!

MARIMBA, CUMBIA Y OTRAS COSAS QUE NO SÉ BAILAR

Tuxtla Gutiérrez es la capital del estado de Chiapas (México). He venido aquí a pasar sólo una noche casi por obligación. Hace un par de meses compré un vuelo de Tuxtla a la Ciudad de México para evitar las 14 horas de bus que hay entre ambas ciudades. No tenía la más mínima intención de dormir aquí, sin embargo, no quería arriesgarme a perder el vuelo porque Chiapas es un lugar donde hay una guerra fría constante y en las carreteras cualquiera monta un bloqueo y claro, pierdes vuelos y excursiones programadas. Bloqueos de zapatistas, o la policía que le da por registrar autobuses y hacerte preguntas absurdas. O hay una manifestación o un huelga de lo que sea. Es complicado, no peligroso para el turista, simplemente complicado y peculiar, aunque cuando lo entiendes, realmente los que te molestan son las fuerzas del estado que son los únicos que andan jodiendo aquí. No te molesta que el pueblo esté ejerciendo su derecho a estar en alerta constante en esta guerra fría, sólo que tienes que ser precavido con tus horarios para estar en según qué lugares. Así es como esta tarde llegué aquí.
En mi mente llevaba la idea de que estaba de paso y de que me limitaría a descansar y a leer a Juan Rulfo. Ay, amiga mía, como si no supiéramos ya que justo es en esas cuando se dan las mejores noches, en las que tú planeas algo y se da justo al revés.

Al llegar a la habitación conozco a Karen, de Guadalajara (la de México, no la Guadalajara de España) que me dice que iba a salir a cenar, así que salimos juntas. Estando en la calle me acuerdo de casualidad o de CAUSALIDAD que hay un parque aquí que le llaman el parque de la Marimba. Éstas son las cosas de México que sé porque soy una friky de México, sé cosas que yo misma me sorprendo de saber.
La Marimba es un género musical originario de Veracruz según los mexicanos, aunque para los guatemaltecos es originario de Guatemala y ahí andan, en la disputa. Se toca con una marimba que es un instrumento parecido a un xilófono, por mencionar uno más conocido al que se le asemeje, pero es mucho más grande, de hecho lo tocan varias personas a la vez. Se acompaña de otros instrumentos: trompetas y saxofones y percusiones. Es un tipo de música casi siempre instrumental que se baila y que, al contrario del mariachi, por ejemplo, no se ha exportado apenas a Europa. Hace unos días tuve la oportunidad de escucharla en directo y me encantó.

Así que nos dirigimos al parque. Nuestra sorpresa es enorme al ver que un martes a las 19:00 h hay una plaza grande preciosa llena de gente bailando con su orquesta y todo. Acaba de terminar la hora del danzón, ritmo que viene de Cuba, y ahora hay un poco de marimba y luego otro rato de cumbia.

Hay bancos para sentarte a ver y otros para sentarte a esperar a que te saquen. Está todo pensado y clasificado. Nosotras nos sentamos con dos matrimonios estupendos que bailaban un poco de todo. Uno de ellos me mira con esa cara curiosa de la gente de aquí que luego siempre es "¿eres argentina, española o italiana?" En un segundo nos pone al día de los zoques, la etnia que había aquí, de la cual ya no queda casi nada. Nos muestra fotos de su padre de joven, un zoque con una especie de tocado de pavo real que parece ser que era influencia de los aztecas. Juan, que se llama, nos cuenta cómo él nunca aprendió a hablar la lengua porque su padre quería que sus hijos fueran "hombres de provecho" y en aquel entonces se les discriminaba por no hablar español. Me dice con nostalgia "y ahora, ya ven, ahora mucha gente acude a mí para que les enseñe la cultura, por eso llevo todas estas fotos de mi padre en blanco y negro en mi celular. Ahora está de moda lo tradicional, las raíces. Qué pendejo es el ser humano".

La plaza está llenísima de gente, nos cuentan que esto es cada noche de 18:00 h a 21:00 h, de lunes a domingo, menos cuando llueve. Hay una alegría tan grande. Hay mujeres mayores que bailan solas, no necesitan hombres, me encanta. Las hay morenas, oscuras, rubias, de todos los colores. Hay una pareja que no da pie con bola, también mayor, ella va de sobrada y él de no tengo ni idea pero me la pela lo que penséis. Me encanta. También hay un tipo con un sombrero blanco que hace una especie de cumbia a lo Michael Jackson, estamos flipando de verlo. A nuestra izquierda un tipo entre un montón de mujeres que va descompasado totalmente y no lo sabe, ni nadie se lo dice, ni se ríe de él. Aquí cada uno viene a dejarse ir, a disfrutar.
Hay un locutor en el escenario que después de cada canción le da la bienvenida a alguien de algún estado. "Agradecido, señores, les damos la bienvenida a nuestros amigos del estado de Baja California Sur, saluden, ¿dónde están? Aaah allá, bienvenidos".

El señor que está a mi lado, Manuel de Jesús y su esposa, Bellis, nos piden nuestros nombres y procedencia y lo apuntan en un papel para dárselo al speaker.... "aquí le damos la bienvenida a todo el mundo", me dicen. Ya, yo me lo estaba temiendo...
Me cuentan que vienen cinco noches a la semana porque "no todo va a ser trabajar, hay que saber ganarse la vida y también disfrutarla." Llevan la tira de años casados. Ella viene tan guapa y elegante, ¡y con unos taconazos!
Mucha gente pasa por nuestro lado vendiendo y pidiendo. Niños, por supuesto, vendiendo pulseras, diademas, cinturones, todos coloridos. Hay un tipo que canta rap es súper extraño... va haciendo aspavientos con una mano, como los raperos. Otro señor sin piernas viene con un vaso de plástico, en una silla de rueda, empujada por dos chiquillos pequeños que casi no alcanzan a ver por encima de la silla. También hay mujeres indígenas vendiendo comida, elotes, pay de elote, churros, plátano macho frito, jugos, agua de Jamaica, refrescos.
La plaza está sacada de un libro de García Márquez, no importa que él fuera de Colombia, me recuerda tanto a algunas de sus descripciones. Ojalá estuviera aquí él para describirla pues es todo tan... de aquí y el lugar donde está la orquesta es tan pintoresco. Mientras lo miro pienso que este tipo de escenario tiene que tener un nombre seguro pero... ¡la verdad es que no sé cómo se llaman!  Tengo que preguntárselo a mi amigo Morgan, pienso, seguro que él lo sabe.

Hay una televisión local entrevistando a la gente. Ah, y también está Juan Carlos, la estrella del lugar y el único por debajo de los cuarenta y cinco años, diría yo. Éste baila todo como si fuera salsa cubana y luego mira sonriente  y orgulloso a ver si lo estamos mirando, pa lucirse.

De repente, termina la orquesta una canción y el speaker habla por el micro "agradecido, señoras y señores, saludamos ahora a Carmen de España, que es aquella de allá (roja no, lo siguiente, esto es surrealista), de Andalucía, fíjate que te adelantaste y llegaste antes del 12 de octubre, Carmen, como tu amigo Colón (¡zas!) pero mira, que bueno que nos visitan españolas y no españoles." La gente se ríe. "Y también tenemos a Karen de Guadalajara, un aplauso para ellas. Espero que se la pasen genial y que a todo el mundo le cuenten lo felices que somos acá en nuestro parquecito de la Marimba. ¡Que siga la orquesta! " Y la orquesta sigue.

A los 2 minutos aparece un señor mayor, con fundas de oro en las paletas, que es algo muy habitual aquí. "Buenas noches señoritas, vengo de parte del speaker a buscar a Carmen de España. Me manda para que baile con usted, dice que no se puede ir sin aprender a bailar cumbia". Vaya guasita tiene el speaker.... y yo que en verdad lo estaba deseando me levanto y bailo con él. La gente me mira, todos se han puesto tan bonitos para ir al parque y yo con mis pintas de homeless ... en verdad es lo que soy si lo analizamos.

El speaker sigue hablando de Karen y de mí después de cada canción... y luego nos mira descojonándose de la risa todo el tiempo. Nosotras estamos cortadas. La gente se acerca a mí, "¿usted es la amiga de España?" Madre mía... 

Hasta Juan Carlos, "la celebridad" como ya lo llama Karen entre risas, me dice que la siguiente la bailo con él.
Bellis nos saca a las dos para que hagamos un zapateado entre las tres, y ahí estamos nosotras haciendo lo que podemos. El speaker sigue con el cachondeito cada vez que puede y mandándome gente para bailar.
La periodista y el cámara se acercan, "¿quién es la amiga de España?" Esto no está pasando... sí, efectivamente, me entrevistan... en una entrevista que jamás veré, en la que hablo de Chiapas con respeto y timidez.
Ahora ya paso de todo, ya no puedo pasar más inadvertida, ¿correcto? Ok, pues entonces vamos a bailar cumbia, si en verdad es lo que habría hecho si no me hubiera dado vergüenza. Pues ya está, a ver, Juan Carlos, sácame, ¿no?

De pronto empieza a llover y se acaba todo. Anuncian el final de la velada. No me quiero ir, quiero seguir bailando y hablando con esta gente que tanto me cuenta y tanto me da. Pero no, se acaba y la lluvia aprieta. Manuel de Jesús y su esposa Bellis nos dan un beso y un abrazo, nos desean mucha suerte, "por favor, señorita, tenga usted mucho cuidado en su viaje".

Cuando nos alejamos intentando resguardarnos de la lluvia como podemos Karen me dice riéndose "te grabé con el primer señor bailando" . Yo no me lo puedo creer, ha inmortalizado una noche divina y sorprendente. Cosas que pasan en Chiapas ...