miércoles, 17 de febrero de 2016

EL MOMENTO

Nunca es el momento.
¿Cuándo es el momento de ser valiente? ¿Mañana? ¿En un año? ¿En unos meses? ¿Cuál es la señal que te envía el universo? ¿Es visual? ¿Auditiva? ¿Hay un libro de instrucciones para esto? “Libro de instrucciones sobre cúando saltar del tren en marcha”. ¿Y si salto y me mato? No sé, ¿por qué no da alguien el pistoletazo de salida?

Nunca es el momento.
¿Cuándo es el momento de amar de verdad? De ese amor hacia el ser que alguien es y no a lo que suscita en nosotros, no a nuestro ego crecido porque alguien nos hace sentir bien. ¿Cuándo es el momento de amar a un ser en su libertad? En esa libertad que quizás es estar para siempre lejos de ti. ¿Estamos preparados para amar de verdad? 

Nunca es el momento.
¿Cuándo estás preparado para despedirte de tu madre? ¿De tu padre? ¿Cuándo ya son mayores y ya han vivido lo suficiente? ¿Cuándo es “vivir lo suficiente”? ¿Hay una batería que te avisa como la del móvil, que pita? ¿Una voz en off que dice “enough”?

Nunca es el momento.
¿Cuándo es el momento de ser madre? ¿Cuándo tienes un trabajo estable y un marido con trabajo estable? ¿Cuándo no tienes nada de eso pero el reloj corre? Tic tac, tic tac. Se agota la creatividad de tu vientre. ¡Que no llegas! ¡Corre que ya toca! ¿El qué toca? ¿Pero quiero?


Nunca es el momento. No lo esperes. No hay avisos, no hay toques de queda, da igual cuánto lo ensayemos, lo pensemos, es más, no lo ensayemos, no lo pensemos. Vivamos desde la improvisación, desde la intuición, porque todo llega igualmente. Escuchémonos más, vivámonos más, comuniquemos más, amémonos más, abracémonos más.